La diabetes infantil o juvenil es una enfermedad crónico degenerativa que se presenta cuando el nivel de azúcar en la sangre, conocido como glucosa, es demasiado alto.
Este azúcar es la principal fuente de energía del organismo y proviene de los alimentos. No se puede prevenir y no tiene cura.
La insulina es la hormona encargada de ayudar a que la glucosa ingrese en las células para usarse como energía. Algunas veces, el cuerpo no produce esta hormona o la genera de manera deficiente por lo que la glucosa se queda en la sangre y no llega a las células.
El exceso de este azúcar puede ocasionar problemas en los ojos, los riñones y los nervios. La diabetes también puede causar enfermedades cardíacas, derrames cerebrales y la necesidad de amputar una extremidad corporal.
Los principales tipos de diabetes son: tipo 1, tipo 2 y la gestacional. Según el Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales de Estados Unidos, con la diabetes tipo 1, el cuerpo no produce insulina porque el sistema inmunológico ataca y destruye las células del páncreas que la producen.
Este tipo de diabetes suele diagnosticarse en niños y adultos jóvenes, aunque puede aparecer a cualquier edad. Quienes padecen diabetes tipo 1 tienen que usar insulina todos los días.
En el tipo 2, el cuerpo no produce o no utiliza insulina adecuadamente. Esta diabetes es más frecuente en personas de mediana edad y de la tercera edad. Este es el tipo de diabetes más común.
La diabetes tipo 1, que es la diabetes más común en niñas, niños y adolescentes, se puede producir por múltiples factores entre ellos una predisposición genética. También influyen aspectos ambientales como infecciones por virus, malos hábitos alimenticios y falta de actividad física o por factores inmunológicos como la alteración de las defensas del organismo.
Síntomas de diabetes infantil o juvenil:
Que presente una pérdida repentina de peso, al comer normal o más de lo habitual.
Cada vez es más frecuente que personas jóvenes padezcan la diabetes tipo 2. A esta diabetes se la solía llamar diabetes del adulto, pero ahora es también común en niños y adolescentes.
Los niños y adolescentes están en mayor riesgo de diabetes tipo 2 si tienen sobrepeso u obesidad, tienen antecedentes familiares de diabetes o no hacen ejercicio.
Por lo que es importante cuidar la alimentación, hacer actividad física y tener hábitos saludables en todas las etapas de la vida para, en la medida de lo posible, evitar padecer enfermedades pese a la carga genética.