La cultura del seguro en México ha mejorado en los últimos años gracias a los esfuerzos de los equipos de comunicación de las aseguradores e organismos públicos como la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS) y la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef).

Sin embargo también es una realidad que millones de mexicanos no tienen ningún tipo de seguro contratado pese a tener necesidades de aseguramiento. Pues este producto financiero todavía genera desconfianza para muchas personas debido al desconocimiento sobre su funcionamiento y alcance.

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Además de la ola de desinformación alrededor de los seguros. Pese a que la información veraz y oportuna se encuentra al alcance de la mayoría de las personas a través de internet, muchos siguen sin entender o confiar en los seguros.

Por lo que en este blog abordaremos los principales mitos sobre el seguro y la verdad detrás de estos:

• Son caros. Existen diferentes tipos de seguros en el mercado con rangos de precios que se adaptan a las necesidades y capacidad económica del asegurado. Desde los microseguros, con sumas aseguradas limitadas y coberturas muy específicas, hasta seguros con coberturas internacionales y sumas aseguradas de millones de pesos.

Al tener una asesoría con un agente de seguros se debe proporcionar la información necesaria para que el profesional de los seguros le pueda ofrecer una cobertura adecuada a su presupuesto.

Hay seguros para todos los bolsillos. Además siempre será más económico pagar un seguro que afrontar una pérdida económica derivada de un evento inesperado.

• Se necesita contratar todos los seguros que hay. Si bien es cierto que es importante tener una cobertura completa, es importante determinar qué seguros son los más necesarios para el bienestar financiero de cada persona. Probablemente algunas coberturas son más útiles que otras.

• Las aseguradoras se enriquecen a costa del pago de los seguros. Si bien las aseguradoras son un negocio es importante recalcar que la siniestralidad que existe en pólizas de seguros de automóviles y de gastos médicos mayores (dos de los productos más vendidos) es muy alta.

Además el costo del seguro es una relación entre la prima y la cobertura que nos brinda. Se debe tener en cuenta la relación que existe entre costo- beneficio, y no la prima de manera independiente fijándose únicamente en el precio. 

• Las aseguradoras dan 30 días de gracia para pagar la prima. Actualmente esto no es del todo cierto. Pues si bien es el periodo promedio, puede variar de compañía a compañía. Además las aseguradoras ya no aceptarán los pagos extemporáneos en automático, es importante tomar esto en cuenta.

• El color del vehículo afecta al precio del seguro de auto. Este es uno de los mitos más comunes, sin embargo las características que hacen que el valor vaya variando según el automóvil son el tipo y valor del vehículo, el motor y el año.

• Todos los seguros son iguales. Cada compañía aseguradora maneja variaciones en los productos de su gama, coberturas exclusivas, descuentos especiales, promociones, entre otras. Por lo que no se debe generalizar. Lo mejor es solicitar al agente de seguros que ofrezca más de una opción para comparar y elegir la que más convenga.
• Las personas jóvenes no necesitan seguros. Este es otro mito sin sustento. Si bien estadísticamente las y los jóvenes son menos propensos a enfermedades, existe la posibilidad de tener un accidente de gravedad, alguna enfermedad hereditaria o fallecer de manera repentina. Además de que existen enfermedades congénitas.

Lo que sí es verdad es que entre más joven se contrate un seguro, menor será el costo de la prima. Por lo que es conveniente estar asegurado lo más pronto posible.

• Con un seguro de vida se enriquecen los beneficiarios si el contratante fallece. Es muy costoso contratar sumas aseguradas exageradamente altas. El objetivo principal de este tipo de seguro es resolver un problema apremiante, así como los gastos funerarios del contratante. Más allá de solucionar para siempre la vida económica de los beneficiarios. 

• Las compañías de seguros no pagan. Este es el mito más común. Existen factores que pueden determinar que una aseguradora se rehúse a indemnizar a un asegurado, eso es cierto. 

Por ejemplo: que reclame un padecimiento antes de que se cumpla el periodo de espera para cubrirlo. Que se trate de una preexistencia (especialmente si no es declarada), intentos de fraude, o manejar en estado de ebriedad al momento de tener un accidente vial, etc.

Además es importante elegir una aseguradora seria y con buena reputación.

¿Conoces algún otro mito sobre los seguros? ¿Se despejaron tus dudas sobre este producto financiero? ¡Comparte tus respuestas con nosotros!

No olvides que SIS es tu aliado en seguros.