El objetivo principal de un seguro de Vida es brindar un respaldo financiero a los beneficiarios de una póliza si el solicitante fallece. Así como cubrir al contratante frente a la invalidez total y permanente. Los gastos funerarios, por lo general, también están contemplados como parte de las coberturas de una póliza básica de Vida.
La suma asegurada que se entrega a los beneficiarios les ayuda a afrontar gastos derivados del fallecimiento del contratante como deudas, alquileres, gastos funerarios (en caso de no incluir esta cobertura) entre otros.
Los seguros de Vida temporales cubren durante un periodo de tiempo determinado y pueden renovarse de manera automática.
Los dotales tienen características propias y no están sujetos al fallecimiento del contratante para recibir los beneficios contratados.
Los seguros de Vida ordinarios extienden su cobertura durante toda la vida del asegurado. El pago de primas está sujeto al fallecimiento del contratante, sin importar en qué momento ocurra.
Existen también en el mercado pólizas de Vida que tienen como objetivo ser un instrumento financiero que permita a los contratantes cumplir con objetivos económicos específicos.
Por ejemplo, los seguros de ahorro e inversión. Estos tienen como objetivo fijar una meta monetaria ya sea en moneda nacional, dólares o UDIS, así como un plazo para reunir la cantidad estipulada al inicio del contrato.
En esta categoría entran los seguros para el retiro y los seguros de ahorro para la educación. Además suelen ofrecer coberturas como invalidez total y/o permanente y gastos funerarios.
Un seguro de Vida es la mejor forma de estar preparados frente a la muerte. Pues puede llegar de forma inesperada, al estar asegurado en Vida le das la garantía de tranquilidad y respaldo económico a tus beneficiarios si llegas a faltar.
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